El Orgullo es un sentimiento que en sí mismo no es dañino. La razón por la
cual se ha instalado en el corazón humano es:
Cómo señal de advertencia. Cómo necesidad de cambio. El orgullo es la
creencia de que todo resultado obtenido viene dado por el esfuerzo
realizado en la vida por uno mismo.
La existencia de este es una señal de andar por el camino equivocado.
¿Cómo afecta en la personalidad?
Emoción empobrecedora que endurece el corazón. Impide la entrega, de todo
afecto sobre todo por Dios.
¿Cómo endurece el corazón?
Comienza volviéndote cauteloso, frío, distante y vengativo. Ya no se
quiere amar a quién antes se amaba, porque en algún momento te hizo
sufrir. Empiezas a no dejar mostrar ni un atisbo de ternura
¿De qué manera?
Ya no das. Escondes tu cariño. Te defiendes de lo que piensas es tu lado
débil. Es decir te construyes una fortaleza desde el yo, el ego, ante una
reacción que te causa daño.
¿Cómo impide la entrega?
Desde el momento en que te construyes esa protección, tu yo se promete no
amar más, aun cuando la otra persona se volviese solícita y amante.
Cuando crees que te lastimo el maestro:
Piensas que obró injustamente contigo, acaeciéndote unas desgracias o
malestares, entonces te imaginas como distanciarte, que te está
manipulando, y mostrarías una gran indiferencia aún cuando el señor se te
mostrara de nuevo.
(Por ejemplo cuando se nos muere un ser querido)
El orgullo esconde una tristeza muy profunda, una soledad sin límites, una
huida del sentimiento hacia zonas desérticas donde todo es amargo.
El Ego, máximo componente del orgullo:
Es esa parte nuestra, que no es entregada a Dios, a través de la cual
ejercemos nuestro dominio, y creemos proteger. A diferencia de lo que se
cree, el Ego no resuelve las tensiones de la vida sino que es él quién las
crea.
El ego se muestra a través de:
El deseo de elogios ajenos o aprobación. Un orgullo intensificado.
La falta de aceptación de fallos o errores cometidos.
Es decir, que tu ser está envuelto en una burbuja transparente, que crece
y crece, hasta que un día explota y te hace despertar a la evidencia de
otros valores.
Es por ello que tanto el orgullo como el ego, son una forma pasajera y de
ilusión, que a medida que crece te hace ver más claramente la realidad de
su creación.
Orgullo no es vanidad:
Muchas veces se confunde con la complacencia de sí, o la sobreestimación,
que eso sí es la vanidad. La vanidad son los oropeles y el brillo, el
orgullo es la duda en el corazón. El perdón es su contrario:
Para erradicar el ego y el orgullo, hay que aprender a perdonarnos y a
perdonar a los demás.
Pasos a seguir:
El perdón no proviene de haber realizado actos buenos o meritorios, es una
decisión que debes tomar tú. Donde no hay perdón hay resentimiento y
hostilidad; así como violencia, que da lugar al dolor y a la falta de
alegría. No se trata de ser indulgente o no reconocer tus faltas. Se te
pide que seas veraz y corrijas tu conducta, con el firme propósito de no
reincidir. Ser inflexible en este sentido.
¿A qué se llama perdón?:
A la aceptación gozosa de tu persona y de los demás, limpia por el
arrepentimiento que permite olvidar y comenzar de nuevo. Darse otra
oportunidad y darla a los demás.
La carencia de orgullo te lleva a la entrega perfecta a otros.
¿Qué significa entrega?:
Es el camino de la devoción es ser el instrumento.
¿Sabes qué significa?
Es dejar que tu yo soy superior maneje tu vida y la del mundo que te
rodea.