PERDER UN HIJO

 

 

LA MUERTE DE UN HIJO

 



No hay dolor humano mas devastador que la muerte de un hijo(a). Esto es el acontecimiento mas intenso en la vida, el cual trae consigo una crisis y la posibilidad de un trastorno por estrés postraumático.
La palabra desconsuelo, literalmente significa "ser aniquilado por la muerte." De un hijo(a) trae consigo una sensación abrumadora de injusticia por perdida. Promesas, sueños sin realizar y sufrimientos sin sentido. Los padres se sienten responsables por la muerte del niño(a), sin importar que tan irracional eso pueda parecer.
Los padres también pueden sentir que han perdido una parte vital de su propia identidad. Nosotros podemos ayudar a su familia a pasar por esta pena inconcebible, reteniendo la memoria de su hijo(a) amado(a), cerca de su corazón. Nosotros seguimos adelante, pero nunca olvidamos…
Lo que usted puede sentir:
Cuando usted sufre la muerte de su hijo(a), usted puede experimentar muchas emociones. Muchos padres sienten un estado de parálisis completo cuando se enteran de la muerte. No hay ningún orden de sentimientos a seguir en el proceso de una pena sin embargo estas son algunas de las emociones que se sienten.
Los padres muchas veces se esfuerzan por volver a la rutina diaria que alguna vez conocieron. Puede que se sienta como si ya no supiera quien es usted mismo, en la ausencia de su precioso(a) hijo(a).
Algunos de nosotros aprendemos a volver a vivir nuestras vidas poniéndonos la mascara de "me siento bien." Cuidarse a si mismo desde este momento debe ser una prioridad. Estos momentos son una experiencia abrumadora para toda la familia, sin embargo usted se siente solo muchas veces.

CÓMO AYUDAR

Evitar las frases hechas. La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: "Tienes que olvidar", "Mejor así, dejó de sufrir", "El tiempo todo lo cura", "Mantente fuerte por los niños", "es la voluntad de Dios", "Es ley de vida"…
Lo que más necesitan al principio es hablar y llorar. No decirle que tiene que sobreponerse, ya lo hará a su tiempo. Si no sabes que decir, no digas nada. Escucha, mantente presente, sin pensar que tienes que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo. Si no sabes que hacer, colabora en algunas tareas cotidianas o ayuda en el papeleo, puede ser una buena manera de ayudarlo/a.
No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido. No te empeñes en animarle/a o tranquilizarle/a. Posiblemente lo que necesita sólo es que le escuches. No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda. No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.
Deja que se desahogue. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo…por la muerte de un ser querido, es el ÚNICO camino que existe para cerrar y curar la herida por la pérdida.
Mediante la vivencia y expresión de los sentimientos, la persona en duelo se siente aliviada y liberada. No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione.
Si llora, no tienes que decir o hacer nada especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto. No temas tu mismo llorar o emocionarte.
No hay nada malo en mostrar tu pena, en mostrar que a ti también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo/a o familiar en esa situación. Permite que hable del ser querido que ha muerto.
Permite que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite. Comparte con tu familiar o amigo/a recuerdos de la persona fallecida (ver fotos, contar anécdotas...)
Recordar a la persona amada es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino que tienen que recorrer para sanar su herida.
Respetar también su necesidad de no hablar. Mantener el contacto. El contacto puede mantenerse de muchas maneras. Puedes hacerle una visita, quedar para tomar un café o dar un paseo, enviar una carta o un email. Con una llamada telefónica, por ejemplo, puedes romper su soledad y recordarle que no está solo/a, que alguien está pensando en él o ella.
Las fiestas y aniversarios son momentos particularmente dolorosos en los que podemos hacer un esfuerzo especial para estar cerca de la persona en duelo.

 

 

Marta Moreno©

 


 

 

 

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