EL MATRIMONIO

 

 

El matrimonio cambia toda nuestra vida. Esas Alianzas no son solo para mostrar que somos casados, sino para recordarnos que ya somos Uno solo para toda la vida, y no dos personas. Después de casarnos, nada jamás es como antes, y lo ideal es saber y poder lograr una relación permanente e inseparable.
Es una relación vital del más alto orden, un compañerismo amoroso que perdura independientemente si está basado en todo aquello que pueda resistir tanto en la prosperidad como en la adversidad. El matrimonio es una institución sagrada, una edificación gigante, y no solamente un instante en el tiempo.
Es estar dispuestos a sacrificar hasta ciertos elementos de la razón misma para asegurarnos el amor, el cuidado y la atención del cónyuge.
Nunca podemos decir qué nos deparará el futuro, ni si seguiremos toda la vida junto a esa persona que amamos y elegimos como compañero de camino para traer hijos al mundo y para vivir toda la vida juntos.
Llegar al final del camino que hemos escogido juntos... Sólo Dios lo dirá.
Podemos, si nos proponemos, llegar al final de ese camino, si ponemos de nuestra parte toda la comprensión posible, si sabemos ceder en el momento apropiado, si nos respetamos los espacios independientes, lógicamente que si el amor existe de verdad, lo lograremos, pero tiene que ser sentido por ambas partes.
Para hacer un buen matrimonio, deben ser dos personas que se amen profundamente. Este amor es un sentimiento distinto al que profesamos a nuestros demás amigos o a los miembros de nuestra familia. Es un amor dirigido a una persona sola como algo físico, espiritual, y sublime.
Existe una atracción física que tiene importancia, pero no es la única base del matrimonio ni puede durar para siempre, porque nuestro aspecto físico cambiará en el transcurso de los años, vendrán las prótesis dentales, los cabellos blancos, la flacidez de la piel, etc.
Por consiguiente, aunque debe existir en un buen matrimonio cierto grado de atracción física, es un factor mucho menos importante de lo que podríamos imaginarnos cuando nos enamoramos.
En los primeros días del Matrimonio se expresan con mucha fuerza los sentimientos del amor, pero cuando trascurre el tiempo, muchas veces, no tardamos en darnos cuenta que muchas otras influencias juegan un papel importante en nuestra relación y la afectan grandemente.
Nuestras personalidades pronto se manifiestan en toda su realidad. Tenemos que tratar de que nuestras personalidades sigan armoniosas y complementarias.
Que no existan roces. Que no domine un miembro de la pareja al otro.
Estas últimas situaciones son intolerables o conducen a la completa supresión de una personalidad por la otra. Este sería el camino derecho hacia la infelicidad.
No podemos pensar que el matrimonio será la solución a todos nuestros problemas y una fuente inagotable de alegría. Debemos estar conscientes de que, si el matrimonio es malo, puede producir en nosotros un hondo sentimiento de insatisfacción y una tristeza profunda y destructiva. Y también puede ser de corta duración, aunque no sepamos esto y seguramente no lo sintamos en el momento.
Hay muchos aspectos de nuestra personalidad que prácticamente nunca cambian.
Se han realizado matrimonios que han terminado en divorcio porque uno de los contrayentes no comprendía esta sencilla realidad.
Por ejemplo: Muchas personas se han casado con drogadictos con la esperanza de cambiarlos después del matrimonio; otras se han sacrificado en el altar del egoísmo de su compañero, o la intolerable presencia de los celos, la infidelidad, o el deseo de uno de ellos de no tener hijos, y habrían miles de ejemplos más.
Suelta el amor a raudales desde ti hacia tu cónyuge. Cada día y a cada instante ten un gesto, una palabra de aliento, una ayuda, se el compañero y amigo perfecto, y así tu ser amado se acostumbrará tanto que el también lo hará contigo.
Olvídate un poco de ti mismo. Tus problemas ya no tendrán la importancia que tienen ahora. Y a su vez, te vendrá por partida doble lo que des de ti.
Si no amas de verdad a la persona que elegiste, entonces, No contraigas matrimonio, es preferible y mejor, ser sincero contigo mismo y con el otro, antes de tomar una decisión que te afectará toda la vida.
Piensa esta sola pregunta:
¿Serás capaz de estar con esa persona toda la vida, si por algún accidente, se queda paralítico, o enfermo por muchos años???
No cuentes con obrar milagros después del matrimonio.
Si el poder del amor ha sido incapaz de efectuar un cambio Antes del matrimonio, no lo logrará después. Las señales de peligro son obvias y seríamos muy insensatos si las ignoráramos. Debemos manifestar siempre una real y duradera presencia de la Verdad en el Matrimonio.
Si vas a contraer Matrimonio ten en Cuenta siempre que:

 


EL AMOR ES LA ÚNICA FUERZA
QUE NADIE PUEDE DESTRUIR
CONSTRUYE TU MATRIMONIO
CON VERDADERO AMOR

 

Ludy Mellt Sekher©


Fragmento de "Haz de ti un Triunfador"
I.S.B.N.2.823.-331-25-9
©Ludy Mellt Sekher
©Editorial L.M.S.
Montevideo Uruguay

 




 

 

 

Visita nuestras otras páginas

CASTILLO SEKHER

ATALAYA DE CALÍOPE


CATEDRAL DE POESÍA Y PINTURA

Invitación a la Magia de Ludy

CARICIAS AL ALMA DE LUDY MELLT SEKHER


HERMANDAD ÁGUILA DORADA

INSTITUTO IMISPA

 

Google

Servicios informáticos completos de:

Hospedaje de sitios web, servicios informáticos